Servicios públicos en tiempos de coronavirus.

STACyL Valladolid

Tristemente habrá que empezar el artículo con el viejo dicho “de aquellos polvos, estos lodos” y es que una de las lecciones que nos enseña la pandemia de coronavirus COVID-19 es que sin servicios públicos fuertes el desastre está asegurado. Esta crisis sanitaria nos ha pillado con los servicios públicos, y en especial los sanitarios, recortados tras años de austeridad presupuestaria. Todo ello se ha traducido en falta de recursos humanos y materiales y privatizaciones. Pero esto no ha sido fruto de la fatalidad o la mala suerte sino de una opción económica determinada que pone la ganancia por encima de la vida. Estamos cosechando lo que se ha sembrado: demonización de lo público, exaltación del rigor presupuestario, el pago de la deuda y sus intereses por encima de cualquier otra consideración, etc. Y por último, pero no menos importante, una política que ha deteriorado adrede determinados servicios públicos como la sanidad, la educación, los servicios sociales o las pensiones para que quienes puedan permitírselo accedan a lo privado. Lo privado como sinónimo de calidad frente al guetto/beneficiencia de lo público. Hasta que aparece el dichoso COVID-19, lo privado hace mutis por el foro y tiene que ser papá Estado y sus escuchimizados servicios sanitarios quienes rescaten al ciudadano. Así pues la lección que debemos sacar es que tenemos que blindar unos servicios públicos gratuitos, universales y 100% públicos. Para ello STACYL va a iniciar una campaña en defensa de los servicios públicos cuyo manifiesto inicial se puede encontrar en la página web del sindicato(www.stacyl.es/stacyl-en-defensa-de-los-servicios-publicos/). Exigiremos la gestión pública directa de los servicios públicos y todos los trabajos relacionados con los mismos, desde limpieza hasta gestión de residuos, pasando por la gestión de aguas, comedores, atención a mayores y personas dependientes, etcétera.  Y no por capricho sino porque nos va literalmente la vida en ello. Hoy es un virus, mañana la emergencia climática.

Frente a quienes no descartan rebajar sueldos al empleado público pensamos que necesitamos más y mejores servicios públicos y no menos. Por ello STACYL reclama, no solo que se recupere todo lo arrebatado durante esta última década, especialmente la recuperación de las 35 horas semanales que supone la contratación de miles de personas, sino que exige ir más allá y ampliar el sector público hasta equipararnos, al menos, a los mejores niveles europeos

STACYL estará ahí para recordar esto las veces que haga falta. En el hoy seguimos en la propuesta y en la denuncia. Nuestra postura es que si el trabajo tiene que ser presencial porque es necesario para la ciudadanía se haga pero con las medidas de seguridad pertinentes. Y no es “pedir peras al olmo” sino cumplir con la ley, ya sea la Ley de Prevención de Riesgos Laborales o los propios protocolos que se han arbitrado desde la Junta. Lo que no puede ser es acudir a los centros de trabajo cual “liquidadores” de Chernobil, como lo han tenido que hacer demasiados trabajadores/as de centros educativos hasta su cierre o como lo siguen haciendo en centros dependientes de la Gerencia de Servicios Sociales, por no hablar del escándalo de los servicios sanitarios. Por eso hemos demandado ante el Procurador del Común el cierre de centros administrativos y la apuesta clara por el teletrabajo.

Comprometidos con nuestra sociedad nos hemos adherido al Plan de Choque Social (www.plandechoquesocial.org), una propuesta que surge de los movimientos sociales y que es nuestra respuesta frente a pactos cupulares, tipo Moncloa, que envueltos en brillante papel de celofán esconden sacrificar los servicios públicos y los intereses de la clase trabajadora.

Defiende lo público. Defiende lo de todos/as.

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