STACyL VALLADOLID
Era finales de junio cuando un buen número de organizaciones (sindicatos, asociaciones ecologistas, plataformas locales del tren, etc) lanzamos la idea de organizar una Semana de Lucha por un Tren Público, Social y Sostenible que sirva para vertebrar el territorio y enfriar el planeta.
La Semana de Lucha tendría lugar en octubre, entre los días 18 al 24. Durante esa semana habría diversas movilizaciones a nivel local y se culminaría con una manifestación en Madrid el domingo 24.
Decidimos movilizarnos en estas fechas por dos motivos: El primero, que 2021 ha sido declarado por las instituciones europeas como “Año Europeo del Ferrocarril”: el segundo, que a principios de noviembre se celebra la COP 26, la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas, en Glasgow.
Estos dos acontecimientos suponían una oportunidad para relanzar y poner en el primer lugar de prioridades la defensa del ferrocarril como medio de transporte seguro, al servicio de las personas y medioambientalmente sostenible.
También nos servía para denunciar que los sucesivos gobiernos del PP y PSOE han realizado durante los últimos años una política de transporte ferroviario orientada a su liberalización y privatización, destinando ingentes cantidades de dinero público a la construcción de líneas de Alta Velocidad que hagan atractiva la llegada de operadores privados y abandonando las inversiones en las líneas ferroviarias normales/convencionales, utilizadas por el 95% de las personas que usan el tren. La Alta Velocidad ha consumido grandes inversiones públicas, tiene un gran impacto ambiental y energético, y ha contribuido al aislamiento de infinidad de zonas rurales. Esta concepción del transporte se aleja del papel de prestación de servicio público, de vertebración del territorio y de reequilibrio territorial que debe jugar el ferrocarril.
Tampoco podemos olvidar que vivimos en una situación de emergencia climática en la que el ferrocarril es una pieza clave en la imprescindible descarbonización del transporte. La apuesta por un errado modelo basado en la carretera y en el automóvil ha debilitado un sistema ferroviario normal/convencional y electrificado, que hoy debería jugar un papel central en la lucha climática. Es prioritario centrar esfuerzos en el trasvase al ferrocarril de mercancías y personas que hoy son transportadas por carretera.
Para poner en valor todo esto y denunciar la situación del ferrocarril en Castilla y León a lo largo de la Semana de Lucha de octubre se llevaron a cabo diversas acciones: El miércoles 20 en la Estación de Valladolid – Campo Grande hubo una concentración con rueda de prensa. Ese mismo miércoles 20, tuvo lugar en Palencia una charla debate sobre “Propuestas para un Ferrocarril Público, Social y Sostenible”, entre las propuestas cabe destacar el establecer unas Cercanías ferroviarias entre Palencia y Medina del Campo, más necesarias que nunca como alternativa al coche. El jueves 21 se celebró en León una marcha desde el Apeadero La Asunción (FEVE) a la estación de Matallana, aún por estrenar tras años terminada. También el jueves 21 en Burgos tuvo lugar una Concentración ante la Subdelegación del Gobierno. El viernes 22 era Salamanca quien tomaba el relevo de las movilizaciones con una manifestación que partió desde la Glorieta de Castilla y León y terminó en la Plaza de la Constitución. Ese mismo día la Plataforma por el Tren de Segovia se preparaba también para la movilización. Por último en Zamora hubo una concentración el sábado 23 en Plaza de la Constitución.
Así pues a lo largo y ancho de esa semana el tren y las movilizaciones en su defensa se hicieron eco en diversos medios de comunicación castellano y leoneses que vinieron a sumarse a las acciones que se estaban desarrollando en el resto del país y que culminaron con la multitudinaria manifestación que discurrió el domingo 24 de octubre entre las madrileñas plazas de Tirso de Molina y Atocha.
En muchas de estas acciones de calle estuvieron las banderas de los diferentes sindicatos que formamos parte de la familia de la Confederación Intersindical, portadas por compañeras y compañeros que creen que es hora de poner al tren en el centro de las políticas de movilidad y que además quieren un ferrocarril público con empleo público de calidad, estable y con derechos laborales.
La movilización no se agotó el 24 de octubre sino que esa fecha ha sido el escopetazo de salida para una movilización sostenida en el tiempo hasta que consigamos un Tren Público, Social y Sostenible que ayude a coser la desvertebración territorial y que contribuya a enfriar el planeta. (Javier Rodríguez).
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