No es posible le equidad educativa con los recursos que tienen los centros

Hemos comenzado un nuevo curso, unos en el mismo centro, otros en uno diferente cada año; unos con los mismos alumnos y familias que el curso pasado, otros con alumnado y familias nuevos; unos con situaciones más favorables en sus aulas, otros con situaciones muy diversas y cambiantes. Lo de siempre, inicios llenos de sentimientos y experiencias diversas y a veces muy desconcertantes. Pero lo que sigue sin cambiar, curso tras curso, es que nos encontramos desbordados de situaciones, actitudes y organización que para nada se acercan a las buenas ideas y palabras de las leyes educativas. En el Capítulo II, Compensación de las desigualdades en educación, en su artículo 80 de la actual normativa legal Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, cambia el término igualdad por el de equidad. Muy necesario, no todos los niños necesitan que se les de “igual” atención, apoyo o ayuda; esta debe ser valorada y ejercida de manera “equitativa”, es decir, que se adecue a las circunstancias y necesidades individuales de cada alumno y de cada familia, y no porque lo diga yo, sino porque la ley así lo recoge en repetidas ocasiones.

Y yo lanzo una pregunta: ¿Alguien cree que con las ratios que tenemos en las aulas, la diversidad de alumnados y las ratios de PT, AL y Compensatoria esto es posible?

Es cierto que, a principios del 2022, en un acuerdo entre la Consejería de Educación y varias organizaciones sindicales mayoritarias, entre las que se encuentra STECyL, se firma el Acuerdo de 20 de enero de 2022, de la Junta de Castilla y León donde se aprueba el Acuerdo de mejoras de las condiciones laborales del personal docente de centros públicos de enseñanzas escolares de la Comunidad Autónoma de Castilla Y León, mediante el que se produce un cambio en las ratios.

Esto en el caso de que se cumplan los cupos, porque en la mayoría de los centros, por necesidades y falta de recursos, los PTs, ALs y maestros de compensatoria, asumimos ratios muy por encima de las establecidas. En cualquier caso, tomando como hipótesis la ratio establecida en la normativa y que se nos pide que trabajemos dentro del aula con el alumnado. ¿Cómo atendemos a 8 alumnos en un horario lectivo de 24 horas semanales entrando dentro de las aulas y sólo en las áreas instrumentales?, porque, por si alguien no se ha parado a pensar, que seguro que sí y que lo lleva viviendo en sus clases continuamente, a los alumnos con necesidades educativas especiales, solo se les puede atender en las áreas de lengua y matemáticas, debe ser que en el resto de las áreas no se manifiestan sus dificultades de atención, conductuales, de lectoescritura, de problemas de lenguaje…

En cualquier caso, 24 horas lectivas entre 8 alumnos (que como he comentado anteriormente pueden llegar a ser  muchos más, incluso más del doble) corresponderían a tres horas semanales por cada alumno, en caso de los PTs, pero en el caso de los ALs, 24 horas entre 15 alumnos, da un resultado de una hora y media semanales y en compensatoria poco más de una hora  a la semana. Al igual que en el caso de las materias no instrumentales, la administración debe considerar que estos alumnos, por otra parte, con más necesidades y necesidades diferentes, solo presentan estas circunstancias durante 3 horas a la semana, el resto del tiempo las necesidades derivadas de su dificultad o trastorno supongo que crean que están latentes a la espera de la próxima sesión en la que tenga los recursos necesarios para poder volver a mostrar.

A mí, a priori, me parece un chiste de mal gusto, pero la realidad es que mis compañeros tutores o especialistas en las aulas se encuentran con un número muy elevado de alumnado, con unas características individuales tanto curriculares como emocionales que los desbordan y que la ayuda que le podemos ofrecer los especialistas en educación especial, audición y lenguaje y compensatoria, se presenta tan escasa y condicionada que nos encontramos todos poniendo diques al mar, desbordados, ansiosos, con niveles de estrés cada vez más altos y con alumnos más desmotivados, con más dificultades que no se van resolviendo a lo largo de la escolaridad, sino que se van agravando y necesitados de atención emocional, y con familias con situaciones que no son capaces de gestionar por ellas mismas.

El sistema no está funcionando y lo vemos todos en el día a día de las aulas y de la sociedad, y yo no digo que sea fácil, pero si digo que la educación necesita muchos más recursos, sobre todo personales, ante una infancia y adolescencia con, cada vez más necesidades y más situaciones para las que no están preparados para enfrentarse. Y la escuela, fuera de sus leyes perfectamente escritas, se siente desbordada y sin los medios suficientes para ayudarlos y poder llevar a la realidad lo que estas leyes proclaman… ● STEZamora

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