Maestr@s rurales
Cuando se habla de la escuela rural a la mayoría de las personas de nuestro alrededor se le viene a la cabeza el cada vez menor alumnado con el que cuenta, la facilidad para dar clases en aulas reducidas o los años que le quedan a un centro para cerrarse, sin llegar a conocer la realidad de lo que significa trabajar en un colegio alejado de la ciudad, ya sea como director/a o como docente, donde te enfrentas a una dura realidad en la que, para la administración, nuestras/os queridas/os niñas/os son solo números.
Muchos de nosotras/os, trabajamos o hemos trabajado alguna vez en un CRA, un aula unitaria o un centro incompleto y conocemos de primera mano lo que significa desempeñar nuestra profesión en centros con aulas multinivel, en los que el trabajo sale adelante gracias a la labor encomiable de 3 ó 4 maestras/os que tienen que sacar adelante el trabajo que en otros centros realizan entre un equipo bastante más numeroso.
Estas/os 3 ó 4 maestras/os son los que, en una época en la que la burocracia se encuentra engullendo nuestro trabajo como formadores y educadores, un día tienen que elaborar el Plan CoDiCe TIC, al día siguiente adaptar el Plan de Igualdad o rehacer de arriba abajo las más de 70 programaciones que hay que realizar entre Infantil y Primaria, eso sí, sin dejar de lado nuestra labor más importante: FORMAR Y EDUCAR a nuestras futuras generaciones.
Todo este trabajo lo coordina el equipo directivo del centro, un equipo directivo formado por UNA SOLA PERSONA, que, sin apenas horas de dirección, tiene que dedicarse a ser secretaria/o y sacar adelante todo el papeleo del día a día, ser bombero y apagar todos los fuegos que aparecen, ser gestor y llevar el control de las cuentas o del comedor, ser tutor y preocuparte por la evolución del alumnado de tu clase hablando con sus familias, ser maestro y quebrarte la cabeza para conseguir que tu clase entienda lo que les estás explicando y por supuesto, tener tu vida y ser madre/padre, hija/hijo o pareja.
Pero a pesar de nuestras quejas y de las buenas palabras de nuestras/os inspectoras/es y Excmos. Directoras/es Provinciales de Educación, nada cambia a mejor, sino todo lo contrario, empeora. Nuestra carga de trabajo es cada vez mayor y hace que día a día aumente el sentimiento de que la Administración se aprovecha de un cuerpo docente que eligió su profesión por vocación y que, pese a sentirse ninguneado día a día, sigue realizando su labor con desempeño y dedicación sabiendo la importancia que tiene su labor.
Ya para otra ocasión podremos hablar de las itinerancias, la atención a la diversidad, las plazas vacantes multiperfil, la inestabilidad de las plantillas o por qué de una vez no se camina hacia un cuerpo docente único. ● STESalamanca