Cuando la realidad superó a la ficción. Relato de los días pasados hasta el cierre total de los centros educativos.

Cuando la realidad superó a la ficción. Relato de los días pasados hasta el cierre total de los centros educativos.

Portavoz Stecyl-i

cartel publicado en marzo

Esta reconstrucción de los hechos acaecidos entre el Carnaval de 2020 (celebrado en Castilla y León los días 24, 25 y 26 de febrero) y el 23 de marzo es parcial y solamente está referida a cómo lo vivimos desde el sector educativo. Empecemos

Carnaval.

En esos días de carnaval muchas y muchos docentes de nuestra comunidad, junto con sus familias, se trasladaron como habían hecho otras veces a disfrutar de esos días. El destino elegido probablemente con mucha antelación este año era motivo de preocupación: Italia.

Ante estas dudas el martes 25 de febrero STECyL-i solicitó a la Consejería de Educación un protocolo de actuación. Era necesario garantizar la salud de docentes y alumnado en un momento tan delicado. Por ello trasladamos la preocupación del profesorado que actualmente se encuentra en las áreas de Italia afectadas por el Coronavirus ante su regreso a las aulas en los próximos días.

Pudimos saber de primera mano a través de estas compañeras cómo se estaba viviendo el brote de Coronavirus en una zona afectada por la aún denominada epidemia (hasta el 12 de m
arzo la OMS no decretó la pandemia). Se trataba de Florencia y alrededores. La zona más profundamente afectada estaba muy cerca, en las regiones de regiones de Lombardía y Véneto. Ya se veían muchas mascarillas por las calles y el carnaval de Venecia quedaba suspendido. Se empezaba a impedir la salida a las calles. En Italia el 21 de febrero se produjo el primer fallecimiento.

Las docentes que se encontraban en Italia en este periodo empezaron a preocuparse  y a pedir información sobre cómo actuar a su regreso, debían acudir al centro educativo con normalidad, quedarse de modo preventivo en sus casas, utilizar algún medio de protección para evitar propagar el virus si es que estaban infectadas …

Conocíamos lo que se había hecho en China y empezaba a plantearse en Italia. En España aún no se habían establecido medidas preventivas más que vigilar la propia salud y en caso de tener síntomas respiratorios o fiebre llamar al teléfono destinado al efecto antes de acudir a los centros sanitarios.

La única respuesta de la Consejería de Educación fue la colocación de carteles informativos sobre higiene de manos y respiratoria en la página web y enviarla  a los centros educativos.

Tampoco el Ministerio de Sanidad planteó controles a quienes llegaban de las áreas de Italia afectadas más que un cartel informativo en los aeropuertos. Ahora sabemos que el virus estuvo circulando por España durante un tiempo, en personas que hicieron vida normal y que estaban infectadas.

En España del 26 de febrero hasta el mediodía del 29 de febrero, los casos aumentaron hasta un total de medio centenar, siendo la mayor parte de ellos casos importados de la epidemia italiana. El primer fallecido se produjo en Valencia el 13 de febrero por complicaciones asociadas a una neumonía de origen desconocido, aunque no fue relacionado con el COVID 19 hasta el 4 de marzo.

Tras estas gestiones con la Consejería y viendo el avance en el número de infectados en España e Italia (que nos llevaba una semana de adelanto en las medidas), STECyL-i siguió insistiendo en la necesidad de realizar acciones en los centros educativos para minimizar el riesgo de contagios. 

En Italia el día 2 de marzo, los contagiados eran más de 2000, y los muertos por COVID-19 eran 52. Ese mismo día el gobierno había dividido el país en 4 zonas de acuerdo al nivel de riesgo con diferentes niveles de restricción de actividades.

El 8 de marzo de 2020, Italia extendió la cuarentena a toda Lombardía y a otras 14 provincias del norte, poniendo a más de una cuarta parte de la población nacional (aproximadamente 14 millones de personas) bajo cuarentena, medida que el día siguiente fue extendida a la totalidad del país (es decir 60 millones de personas). ​ El 11 de marzo de 2020 se prohibieron casi todas las actividades comerciales, excepto supermercados y farmacias.

En España debido a la rápida propagación de la epidemia, el 9 de marzo, ya se contaba a mediodía el país con 999 casos positivos y 16 fallecidos repartidos por las 17 comunidades autónomas, ​ los gobiernos autonómicos de las regiones más afectadas comenzaron a tomar precauciones para evitar la propagación.

9 de marzo.

La semana del 9 de marzo desde STECyL-i seguimos insistiendo a la Consejería de Educación de la necesidad de reunir a la Mesa Sectorial para que se informase sobre las medidas que se iban a tomar al respecto. La situación empezaba a ser preocupante.

Es estos días la medida fundamental era fomentar la higiene entre nuestro alumnado en los centros. Por ello, pedimos partidas económicas específicas para que se dispusiese de jabón de manos y papel en todos los centros para poder seguir las indicaciones de Sanidad. 

Recordemos que en esos días no había previsión aún de cierre de centros.

La Comunidad de Madrid informa de la suspensión de la docencia presencial en todos los niveles educativos desde infantil hasta la universidad a partir del miércoles 11. Los colegios permanecerían abiertos por lo que el profesorado y el personal no docente debía seguir acudiendo a su lugar de trabajo. Vitoria cerraba desde el martes 10…. La cascada de CCAA que cerraban sus centros educativos se fue produciendo durante esos días.

La Consejería de Educación anunció el cierre de dos aulas del CEIP Anduva de Miranda de Ebro hasta el 18 de marzo. Aislar algunos grupos de alumnos y alumnas parecía a Sanidad lo más “lógico” en ese momento.

11 de marzo.

En el Consejo de Gobierno extraordinario de la Junta se abordaron medidas necesarias en relación con la gestión del coronavirus en la Comunidad con motivo del especial incremento de casos de infección en Miranda de Ebro. La Junta estableció este municipio como zona de contención reforzada. Esto exigía la implementación de medidas y recomendaciones especiales, debido a la transmisión significativa del virus, por ello se suspendió la actividad docente presencial y las actividades extraescolares en todos los centros y los niveles educativos de Miranda de Ebro, del Condado de Treviño, y de Pancorbo. Durante el período de suspensión se recomendaba continuar las actividades educativas a distancia.

También se publica la Orden SAN/295/2020, de 11 de marzo, por la que se adoptan medidas preventivas y recomendaciones en relación con el COVID-19 para toda la población y el territorio de la Comunidad de Castilla y León, recogía entre otras las medidas siguientes:

  • Suspensión de las prácticas docentes en centros sanitarios y sociosanitarios de estudiantes de ciclos de formación profesional y grados universitarios, a excepción de los del último año de estudios en medicina y enfermería que manifiesten su consentimiento expreso por escrito. 
  • También las excursiones y viajes de estudios que supongan desplazamientos de los alumnos y profesores fuera del recinto escolar.  
  • Y en el ámbito educativo, se suspenden los festivales, galas, obras de teatro y eventos de todo tipo, universitarios y no universitarios, que conllevasen la reunión de personas en espacios cerrados o abiertos.

El profesorado no estaba para muchas fiestas en esos días intuyendo lo que se avecinaba, pero era un primer paso.

12 de marzo. Declaración de la pandemia.

En el Consejo de Gobierno decreta la suspensión de la actividad educativa universitaria y no universitaria en todos los colegios y centros de enseñanza públicos y privados de Burgos capital, la instrucción llega a los centros educativos de Burgos pasadas las 13h por lo que apenas da tiempo a reaccionar, los centros que tienen jornada de tarde ya no abren sus puertas. 

Esa misma mañana la Junta desmentía un bulo llegado a muchos WhatsApp en el que se indicaba el cierre de todos los centros educativos de Castilla y León. ¡Qué ironía!

El Presidente del Gobierno Pedro Sánchez en la comparecencia tras el Consejo de Ministros recomendaba a todas las CCAA la suspensión de la actividad docente presencial en todos los niveles educativos, así como de las actividades educativas complementarias.

Ese mismo día se comunicaba el primer fallecimiento por coronavirus en Castilla y León, en la provincia de Salamanca.

Tras escuchar al Presidente del Gobierno la Federación STECyL-i pide a la Junta de Castilla y León que atienda la recomendación del Presidente del Gobierno y del Ministerio de Sanidad y cierre los centros educativos de la Comunidad.

Recogíamos en nuestro comunicado:

En los últimos días hemos visto cómo desde distintos ámbitos se tomaba la decisión de suspender las clases, para impedir la rápida propagación del coronavirus que está sufriendo nuestro país estas fechas, sin embargo, el profesorado sigue obligado a cumplir su jornada laboral en el centro de trabajo.

Para STECyL-i el principio de prevención y el derecho a la salud de todos los miembros de la comunidad educativa deben priorizarse. Por ello, como ha recomendado el Presidente del Gobierno en la rueda de prensa de hoy, entendemos que la mejor medida que se puede tomar en nuestro ámbito para controlar la expansión es el cierre inmediato de todos los centros educativos.

Además, nos parece de una alarmante irresponsabilidad que las mismas autoridades que consideran una situación de riesgo el normal desarrollo de la actividad lectiva, no tengan esa misma consideración para las actividades que el profesorado debe llevar a cabo en sus Colegios, Institutos, Facultades y Escuelas. En la inmensa mayoría de los casos, los claustros de estos centros están compuestos por decenas de personas, que llegan a superar el centenar de docentes en los más grandes. Es evidente, desde nuestro punto de vista que esto conlleva riesgos de contagio y, además, no se ejerce la prevención y el control necesario ante la expansión del virus. 

En todo caso, desde STECyL-i entendemos que ya se haya dado un cambio cuantitativo y cualitativo en la propagación del virus y exigimos responsabilidad y celeridad en la toma de decisiones a la Junta de Castilla y León.”

Pedíamos garantizar la atención del alumnado especialmente vulnerable ante esta pandemia: alumnado escolarizado en centros docentes que presenten necesidades sanitarias o socio sanitarias, alumnado de los centros de educación especial, etc.

STECyL-i exigía ya que no se obligase a asistir al profesorado y al personal no docente a los centros. Pedíamos información al profesorado sobre lo que se espera de él durante el periodo de suspensión de las actividades lectivas y qué implica la recomendación de continuar online y a distancia (teletrabajo, aulas virtuales…).

13 de marzo

Con 169 infectados y 3 fallecidos, el Consejo de Gobierno extraordinario aprueba suspender la actividad docente presencial y las actividades extraescolares en los centros de todos los niveles educativos a partir del lunes 16. Éramos la última CCAA que lo hacía. Respecto del ámbito universitario se suspende también la actividad docente presencial y se cierran las residencias universitarias salvo para aquellos alumnos extranjeros que por causa de fuerza mayor no puedan regresar a sus países de origen.

La noticia llega a los centros tarde, como siempre, y sin mucha capacidad de reacción. El alumnado se va a casa sin saber qué va a pasar. El profesorado se va a la espera de unas instrucciones. Los centros reciben una comunicación al filo de las 14 horas la información de la suspensión de la actividad docente presencial y las actividades extraescolares. Siempre esperando la declaración política antes de informar a las y los interesados.

Todos los sindicatos de la Mesa Sectorial habíamos pedido a la Consejera de educación que cerrase los centros y en ese momento exigíamos conjuntamente que el profesorado pudiera realizar su actividad de forma telemática desde su domicilio, siendo flexibles en cuanto a evaluaciones pendientes o a contenidos curriculares. Toda la comunidad educativa debía de estar protegida de contagio, permaneciendo en sus domicilios y evitando cualquier riesgo. El personal docente puede cumplir su jornada laboral con este sistema de trabajo y garantizar el derecho a la educación del alumnado. 

Tras la conversación mantenida con la Consejería de Educación os informamos que al día siguiente va a publicarse en BOCYL una Orden de la Consejería de Sanidad con las medidas generales a tomar y otra específica de la Consejería de Educación sobre el cierre los centros educativos de la Comunidad y las implicaciones que esto tiene.

Se va a concretar que los centros estarán abiertos y que el personal docente y no docente “podrá” acudir a los mismos. Nos han especificado que NO SERÁ OBLIGATORIA la asistencia.  El equipo directivo determinará los “servicios mínimos” que se consideren necesarios, pudiendo establecer turnos.

Se va a fomentar el teletrabajo a través de los medios de los que disponemos en el Portal de la Consejería de Educación. Van a hacer también mención expresa al alumnado que acude este curso a la EBAU.

Se suspenden los servicios complementarios transporte, comedor, etc.

Desde STECyL-i insistimos que ante el anuncio del Presidente Sánchez decretando el “estado de alarma” que supone, entre otras medidas: la restricción de movimientos, quedarse en casa y evitar los contactos en espacios públicos es necesario que el lunes las y los docentes estén en su domicilio organizando las actividades a distancia con su alumnado.

14 de marzo. Sábado. Se declara el Estado de Alarma.

“El Gobierno hace uso de este mecanismo, previsto en el artículo 116 de la Constitución, con el fin de garantizar la protección de la salud de los ciudadanos, la contención de la enfermedad y el refuerzo del sistema de salud pública.” La duración prevista era de 15 días y tenía la consecuencia inmediata del confinamiento de la población en sus casas. Aquél día España acumulaba 5.753 casos confirmados, 1.522 más que la víspera, y habían fallecido ya 136 personas con coronavirus, 86 de ellos en la Comunidad de Madrid y 5 en la de Castilla y León, según los datos del Ministerio de Sanidad. Era el quinto país en número de casos en todo el planeta y el segundo en Europa, detrás de Italia.

Ahora sabemos que aquellos datos había que ponerlos en “cuarentena”, no todos los países ni CCAA calculaban de la misma manera el número de personas fallecidas por COVID19. 

El Estado de Alarma implicaba una decisión muy exigente ya que, entre otras cosas, limitaba el movimiento de la población: debíamos quedarnos en casa para reducir la propagación del virus. 

La Consejería de educación publicó la Orden EDU/308/2020, de 13 marzo, por la que se concreta el funcionamiento de los centros docentes no universitarios de la Comunidad de Castilla y León, cuya actividad docente presencial y actividades extraescolares han sido suspendidas como consecuencia del coronavirus, COVID-19.

En resumen, se trataba de “organizar” la asistencia a los centros. Para STECyL-i los servicios mínimos planteados podían permitir al profesorado recoger material, aunque dejaba claro que el profesorado no tenía obligación de acudir a los centros.

En esta situación tan extraordinaria si estabas entre quienes tenían la “obligación” de acudir a los centros y tenían a su cargo menores o mayores dependientes podías permanecer en tu domicilio, teniendo la consideración de deber inexcusable de conformidad con lo dispuesto en el artículo 48 j) del texto refundido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público en las condiciones que se establece en la Orden EDU 308/2020.

Serían los equipos directivos de los centros, el lunes 16 de marzo de 2020, quienes debían acudir a los mismos, con el fin de adoptar las decisiones organizativas relacionadas con la suspensión de las actividades lectivas presenciales. 

Para garantizar la apertura del centro se planteaba que acudiesen: un miembro del equipo directivo, un ordenanza, el coordinador TIC, responsable de medios informáticos o persona que desempeñe dichas funciones.

El profesorado que no asista al centro de manera presencial deberá realizar el seguimiento de las tareas del alumnado que tenga a su cargo, mediante las herramientas que ya están a su disposición en el Portal de Educación y cualquier otra que desde el centro se estime conveniente. 

Empezaba la “enseñanza a distancia”, las jornadas interminables, la sobrecarga de tareas, el colapso del portal de educación, la caída de las aulas virtuales… y la adaptación del profesorado en un tiempo récord a la nueva situación.

Aún no sabíamos que estas circunstancias tan extraordinarias iban a durar tanto como para no saber si volveríamos a las aulas y a la enseñanza presencial.

La lucha de STECyL-i a partir de esta declaración de Estado de Alarma fue conseguir que nadie tuviese que acudir a los centros. Durante ese fin de semana tuvimos que “desactivar” con la consejería y la inspección las intenciones de algunas directoras y directores de convocar claustros ese lunes 16. Aún había quien no entendía las medidas de distanciamiento social y la prohibición expresa de reunirse. 

Durante esta primera semana de confinamiento del 16 al 22 de marzo actuamos en aquellas situaciones en que las compañeras y compañeros denunciaban situaciones totalmente anómalas que seguían implicando riesgos. Reiteramos la necesidad de cerrar totalmente los centros ya que se estaba realizando el trabajo online de forma adecuada.

Aun así, la Consejería no nos hizo caso por lo que tuvimos que pedir al Procurador del Común que actuase para lograrlo. En pocas horas miles de compañeras y compañeros se habían hecho eco de nuestra petición y habían solicitado el cierre total de los centros.

Esta era la petición: 

“Desde el inicio de la crisis sanitaria la Federación STECyL-i ha solicitado insistentemente a la Consejería de Educación el cierre total de los centros educativos, como ya han hecho la mayoría de las Comunidades Autónomas. Es totalmente innecesario que haya personal en los centros. El profesorado, alumnado y familias se han adaptado a esta nueva situación y nos consta que lo han hecho en un tiempo récord.

El personal que está acudiendo a los centros ha comunicado a STECyL que después de una semana ya está todo organizado, que la labor educativa está garantizada (tanto de modo digital, como tradicional) y que en los centros ya no se puede hacer más. 

STECyL sigue considerando una irresponsabilidad mantener la obligación de acudir a los centros, muchos de ellos rurales, haciendo desplazamientos innecesarios desde las capitales de provincia y teniendo que justificar ante las fuerzas de seguridad nuestra su presencia en las carreteras.

Ahora pedimos a toda la comunidad educativa que muestre su queja sobre esta situación ante el Procurador del Común. Para ello hemos elaborado un documento que se puede encontrar en nuestra web.

Es necesario aplanar la curva y evitar el incremento exponencial de contagios que estamos viviendo. Es hora ya de cerrar completamente los centros educativos, algo que también hemos solicitado al Ministerio de Educación y Formación Profesional.

Esperamos que esta queja llegue a los responsables educativos de nuestra comunidad y los centros sean cerrados.”

Tras esta acción de STECyL-i, el lunes 23 de marzo la Consejera de educación, en rueda de prensa y sin habernos informado a los representantes del profesorado, comunicaba por fin el cierre total de los centros educativos.

STECyL-i celebraba esta decisión tardía tras haber cerrado los centros casi la totalidad de las CCAA y tras haberse dado casos positivos tras las instrucciones que obligaban a mantener los centros abiertos con servicios mínimos.

Esta noticia era el más razonable dada la evolución del coronavirus – ya lo era el 12 de marzo – y descarga de la tensión, preocupación e indignación a los equipos directivos, profesorado y resto de trabajadoras y trabajadores de los centros educativos (ordenanzas, personal administrativo, personal de limpieza, mantenimiento …) que durante esa semana han tenido que acudir a los centros, si bien es cierto que la mayoría de profesorado se ha quedado en sus domicilios para trabajar telemáticamente, pero no el resto de personal.

Y aquí seguimos, confinados en medio de esta vorágine de informaciones confusas y partidarias, haciendo nuestro trabajo que es dar voz al profesorado de Castilla y León y defender sus derechos sociales y laborales.  (Christina Fulconis Maroto)

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