Bilingüismo en tiempos de videoconferencia.

Bilingüismo en tiempos de videoconferencia.

Por todos es sabido la complejidad de aprender y enseñar materias bilingües, añadámosle ahora el factor no presencial de la/del docente. 

El alumnado no tiene problemas con la asignatura de inglés; ni más ni menos que pueda tener con las matemáticas o la geografía, claro está, siempre y cuando los contenidos y los textos estén adaptados a la realidad del alumno.

El/la docente enseña y el alumnado aprende; esto es una obviedad, pero conviene a veces subrayarlo.

¿Pero qué ocurre cuando nos encontramos con libros bilingües que emplean un vocabulario en segundo idioma complejo no adaptado a su nivel y unas estructuras gramaticales que no conocen ni siquiera en español? Pues que, en el mejor de los casos, el alumno dedicará el doble o el triple de tiempo para poder entender esa asignatura y en el peor de los casos, el alumno se aburrirá en clase por no entender nada, se sentirá frustrado y tenderá a conductas y comportamientos que de otro modo no tendrían cabida.

Las clases bilingües se apoyan en materiales audiovisuales y una gran expresión oral y corporal por parte del/de la docente para que el alumnado le siga en las clases y así con todo el esfuerzo posible, la clase funcione.

Pero estamos en los tiempos de no imprimir porque ciertamente hay que proteger el planeta; excusa que han aprovechado las grandes editoriales, las cuales antes dotaban a los centros de una gran cantidad de material visual para apoyar las clases, y que ahora han decidido mandarlo online, (por cuidar el planeta dicen) sumado a la época de recortes, donde hasta las fotocopias se cuentan y de la mala conexión a internet mejor ni hablamos.

¿Cómo queda el bilingüismo?

Los/as niños/as no son esponjas; necesitan todos los recursos que podamos darles para entender las clases. Los/as docentes crean su propio material, personalizado en la mayor parte de ocasiones, pero necesitan horas (horas que no tenemos) para prepararle, preparar las clases y coordinarse con el resto de las áreas.

No es fácil el bilingüismo para ambas partes. 

Ahora, además, en tiempos de coronavirus, el/la docente y su material no están; tenemos una pantalla estática con una gran cantidad de palabras en un idioma complejo, tal vez un/una docente frustrada por no poder explicar la lección como querría y un alumnado expectante y preocupado por saber cómo acabará todo. 

¿Puede resultar aún más difícil para el alumnado y el/la docente aprender e impartir el bilingüismo? 

El bilingüismo es posible, pregúntennos cómo, estaremos encantados de ayudar.  (Ana I. Redondo Monzón)

Enseñar español à la France.

Enseñar español à la France.

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Soy maestro de primaria y formo parte del colectivo de interinos en los programas en el exterior del Ministerio de Educación. Estoy destinado en Francia. Quiero compartir mi experiencia y como ha cambiado mi actividad educativa en las últimas semanas. 

En primer lugar, tras haber pasado aquí un tiempo he podido observar las diferencias entre ambos sistemas educativos. A decir verdad, son bastante superficiales, en lo esencial no se diferencian prácticamente en nada, algo que me resultó curioso al principio fue que en las sesiones trimestrales de evaluación hay dos representantes de los alumnos y dos de los padres presentes en dichas reuniones, que intervienen al final de la reunión para trasmitir sus impresiones y sugerencias de mejora.  En general los padres están muy implicados y colaboran organizando actividades extraescolares, acompañando al grupo en excursiones, etc. 

Trabajo en dos centros educativos en los que hay un aula de español, gestionada por el Ministerio de Educación de España. Los alumnos deben superar una prueba de acceso para acceder. En primaria el idioma extranjero es el inglés. En secundaria se añaden español y alemán. Los alumnos en su amplia mayoría son hijos de familias españolas, sudamericanas o formadas por un francés y un hispanohablante. En otros casos son niños que han vivido un tiempo en un país de habla hispana por haberse desplazado allí su familia por trabajo. 

A los alumnos de primero a quinto de primaria les imparto seis horas semanales de lengua castellana, a los de sexto que ya forman parte de educación secundaria además de tres horas de lengua, una hora destinada a la lectura y dos horas de historia, seis en total en una semana. Los contenidos son los establecidos por las leyes educativas españolas. En caso de que finalicen sus estudios secundarios incluyendo la enseñanza de español obtendrán una doble titulación de secundaria válida para España y Francia para poder acceder a estudios universitarios en ambos países. 

A lo largo del curso procuramos conmemorar las fiestas españolas en el contexto educativo adaptándolas al contexto educativo: la Hispanidad, la Constitución, los Reyes Magos, Semana Santa…. 

Desgraciadamente, desde el 16 de marzo, los alumnos estudian a distancia, con los más pequeños la atención a las familias se realiza por correo electrónico. Por el contrario, con los alumnos del equivalente a tercero y sucesivos además del email, utilizamos plataformas educativas como Edmodo y algunos compañeros de secundaria utilizan Googleclassroom.

En secundaria, además de estos medios se utiliza para realizar el seguimiento una plataforma educativa utilizada de forma habitual por el sistema educativo francés similar a Moodle, en la que se publican las notas de los exámenes, trabajo de aula, se establece comunicación con los padres y alumnos y se publican deberes y tareas a realizar. 

Por otra parte, la coordinación con los compañeros también es más incómoda, la comunicación a distancia nunca sustituirá una reunión presencial. 

Nuestra tarea educativa se ha vuelto más complicada, resolver dudas por escrito es más difícil y mucho menos efectivo.  Por otro lado, los alumnos que tenían interés en la asignatura siguen esforzándose a distancia del mismo modo que los alumnos que no quieren trabajar siguen sin hacerlo. 

La siempre necesaria colaboración de las familias se convierte ahora en algo fundamental. Algunos se enfrentan a muchas dificultades. 

En primer lugar, los alumnos procedentes de familias francófonas tienen el problema añadido del idioma. 

Además, algunos hogares con dos o tres hijos en muchos casos, que no disponen más que un ordenador o dos que tienen que utilizar todos los habitantes de la casa, los padres tienen que trabajar por internet y entraña una gran incomodidad para acceder al trabajo a realizar. Otros no tienen impresora, ni escáner para enviar imágenes de los trabajos realizados a mano.

A las nuevas dificultades, debemos añadir la incertidumbre de no saber qué va a pasar si al final podremos regresar a las aulas o terminaremos el curso a distancia. Estar lejos de casa tampoco ayuda, aunque me puedo considerar afortunado de haberme topado con personas muy amables que me han ayudado mucho en mi adaptación. Esta crisis está sacando lo mejor de cada uno. 

A modo de conclusión, puedo afirmar que teniendo voluntad se logra siempre prosperar pese a las adversidades, tenemos hoy además la ayuda de internet y todos los recursos que nos brinda. Saldremos de esta tarde o temprano. Mantener el ánimo es esencial.