En estos últimos años, y más con la precipitada implantación de la LOMLOE, se ha entrado en una vorágine burocrática que lastra la función docente y, además de ser en gran medida improductiva, está consiguiendo el desencanto y la frustración de los y las docentes en Castilla y León.
El profesorado y equipos directivos están agotados, con una carga de trabajo y un nivel de estrés difícil de soportar que afecta de lleno a su salud mental y física y a su vida social y familiar. El tiempo que dedican a este papeleo, se resta del tiempo para preparar bien las clases, coordinarse con el resto del profesorado o atender de manera más individualizada al alumnado. En definitiva, se resta del tiempo de organizar el centro para garantizar la mejor calidad educativa posible. Y todo ello, sin que el claustro sienta que todos esos trámites burocráticos sirvan para mejorar su labor docente.
Desde el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Enseñanza de Castilla y León llevamos mucho tiempo recibiendo quejas del profesorado sobre la carga burocrática que soporta y demandando cambios a la Consejería de Educación. Ante la falta de respuestas decidimos llevar a cabo una campaña que llevaba por título “STOP burocratización de la función docente” y que ha consistido en recoger datos mediante una encuesta al profesorado en la que han participado casi 500 personas. Los resultados y las propuestas recibidas por las y los docentes de Castilla y León los hemos difundido en la prensa y se los hemos hecho llegar a la Consejería.
Los datos arrojan una realidad preocupante. El 85% de las personas que han respondido a la encuesta afirma que la carga burocrática afecta negativamente a su labor de enseñanza. Más del 84% manifiesta de que no le da tiempo a preparar las clases en su horario laboral y que considera que realiza tareas propias de personal administrativo o de servicios. Por otra parte, el 86% de las y los docentes indican que tampoco les da tiempo a realizar todas las tareas necesarias para atender a la diversidad de su alumnado en su horario laboral.
El profesorado de Castilla y León se queja del elevado papeleo que suponen las funciones de tutoría y equipos directivos; la complejidad, duplicidad y dificultad para realizar trámites administrativos; el exceso de horas lectivas y la falta de horas para preparación de clases y atención a la diversidad; la falta de coordinación y personal en las administraciones educativas y la ingente burocracia que se desprende de los constantes cambios legislativos (especialmente en el proceso de evaluación del alumnado), entre otros aspectos. Y propone medidas como la simplificación documental a todos los niveles, la mejora y unificación de las herramientas digitales para realizar trámites, la reducción de ratios y horas lectivas, el derecho a la desconexión laboral limitando el horario de comunicaciones, dotación de más profesionales a los centros para funciones no docentes (administración, sanidad, servicios sociales, etc.) y mejoras en la coordinación de las administraciones, entre otras.
Desde STECyL-i consideramos urgente la disminución de las labores burocráticas del profesorado y equipos directivos de nuestros centros educativos y pedimos a la Consejería de Educación que aborde este problema. Si no le pone solución, va a conseguir que los claustros se opongan a participar en los proyectos, programas o planes educativos que les proponen, o que cada vez sea más difícil encontrar personas dispuestas a asumir cargos directivos con ilusión.
Es el momento de devolver el reconocimiento a la labor docente facilitando su desarrollo. Nuestra motivación es nuestra vocación, nos gusta dar clase. Volvamos a recuperar el tiempo para pensar en nuestro alumnado y en cómo podemos enseñarle mejor.
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