¿Qué nos estamos dejando con la Covid 19?

STE SORIA

El virus que provoca la Covid 19,  irrumpió en nuestras vidas (las occidentales y acomodadas) de forma abrupta, veíamos de lejos cómo afectaba a una parte de China y admirábamos estupefactos medidas que se tomaban, sin ser conscientes (o sí) de lo que llegaría al resto del mundo poco tiempo después.

Las sociedades desarrolladas, nunca antes en la historia reciente, nos habíamos tenido que enfrentar a una situación similar. Donde la enfermedad tocaba de primera mano a todos los países y clases sociales.

Los países y sus respectivos gobiernos, han tenido que tomar medidas drásticas, impopulares, efectivas o no, para toda su población, y destinar presupuestos millonarios para evitar la caída ¿de todos?  No, de todos como siempre, no.  Sigue habiendo una gran parte de la población mundial que también les ha afectado, y sin duda, vuelven a ser los grandes olvidados.

Covid 19 en los países pobres

Pocos datos se ofrecen de cuál es la situación real en los países tercermundistas, en los que, aunque no se diga, también está llegando la COvid.

Las principales medidas adoptadas en gran parte del mundo son lavado frecuente de manos, distanciamiento social y mascarillas. Las cuales mal pueden ser cumplidas en países en los que en muchas ocasiones el agua corriente, y ya no digamos el jabón, es un bien escaso y de lujo. 

Los que dependen de la economía informal necesitan acerarse a otros para conseguir lo necesario para vivir. En estos países se teme más al hambre que al virus.

También es difícil el distanciamiento, cuando en muchos casos, se vive hacinado en viviendas muy precarias con una o dos estancias compartidas por extensos núcleos familiares o en campos de refugiados.

¿Dónde están las ONG´s que se encargaban de prestar ayuda a estos países? En muchos casos se han quedado en sus países de origen, porque también hacía falta… 

Afortunadamente no han cesado en su ayuda las ONGs, luchando contra la enfermedad en los propios países e intentando que no olvidemos el calvario por el que están pasando sin apenas recursos.

¿Dónde están y qué cuantía tienen las partidas que destinan los gobiernos para el desarrollo de estos países?

Todo esto o se ha estancado o no hay datos o no los ofrecen, el mundo se ha parado y parece que solo se salvan los de siempre.

Egoístamente, cuando las costas de los países desarrollados vuelvan, o sigan, llenándose de inmigrantes en patera, diremos que aquí no hay trabajo, que no tenemos ni para nosotros, y que dejen de venir todos aquellos que vienen a pedir (a sobrevivir).

Naciones Unidas hizo un llamamiento humanitario global para financiar la lucha contra la COvid en los países más pobres del mundo.

Estos países además de luchar contra la pandemia, tienen que convivir con crisis humanitarias causadas por conflictos, desastres naturales y el cambio climático. 

La Covid amenaza a toda la humanidad, y esta tiene que defenderse de forma global, las respuestas individuales de los países serán insuficientes.

Violencia doméstica

La situación está siendo más o menos dura para toda la población, pero ¿quién ha pensado en las víctimas de la violencia doméstica que han quedado atrapadas durante la pandemia?

Durante el confinamiento más duro, estas mujeres y sus hijos/as maltratados pasaron a convivir la mayor parte del día con su verdugo, sin opción a escapar por un rato a lugares más seguros como el trabajo, el colegio, la casa de algún amigo o familiar o incluso la calle. El maltratador tampoco tenía opción a ir a otro sitio a desfogar su ira y la dejaba en casa.

Las situaciones de violencia interpersonal está demostrado que aumentan en tiempos de crisis, pero el insuficiente número de denuncias, dificulta la respuesta y la recopilación de datos.

 Las medidas de confinamiento han creado el “cocktel perfecto” de puertas para dentro. Desde la ONU se ha instado a los gobiernos a incluir la prevención y la reparación de los casos de violencia contra las mujeres en sus planes nacionales de respuesta contra el Covid. Más de 140 países han apoyado su llamamiento, pero…

¿Quién durante estos meses se ha preocupado no sólo a través de atención telefónica de atender a estas víctimas?

¿Quién les ha prestado atención de forma presencial? 

¿De quién han recibido un apoyo?

¿Qué medidas especiales se han tomado en estos casos de vulnerabilidad?

Según Naciones Unidas, los primeros datos demuestran que los teléfonos de asistencia han registrado un aumento entre el 30 y el 40% en países como Chipre, Francia, Singapur o Nueva Gales del Sur (Australia). En Reino Unido, en las tres primeras semanas del confinamiento, catorce mujeres y dos niños fueron asesinados en el país.

La violencia doméstica ya era una de las violaciones de los derechos humanos más flagrantes, pero con el avance de la pandemia las cifras de los abusos, violaciones y maltratos se han multiplicado, lo que hace retroceder a la sociedad en su capacidad de participación y recuperación a nivel social y económico.

Por tanto, debemos de reflexionar, a quiénes y cómo nos estamos dejando con la Covid.

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