EDUCANDO EN IGUALDAD Y EN LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO

STE  SALAMANCA

Una sociedad con hombres y mujeres con los mismos derechos y obligaciones debe asentarse en sólidas bases de respeto a las diferencias ya que no debemos confundir igualdad con iguales derechos. Somos diferentes, sí, no sólo hombres y mujeres, somos diferentes como personas, en la diversidad está la riqueza, cultural, social, de valores. Lo más importante en una sociedad justa es el respeto a las diferencias, de esta forma podemos mirar al futuro, con los pies en el presente y sin olvidar el pasado para aprender de los aciertos y errores ya que ambos son enriquecedores.

Una sociedad justa debe asentarse en grandes valores, que desde nuestro nacimiento vamos adquiriendo, valores que con el paso de los años vamos modelando influenciados por la familia, las escuela y otros muchos agentes sociales.

Siempre hemos de mirar a la educación, la escuela y las familias deben tener un proyecto común, compartido y con continuo intercambio de información, ambos son las principales bases de los valores que niños y adolescentes van adquiriendo en las diferentes etapas educativas. Educar en igualdad, seguir proyectos coeducativos, no es tan fácil como parece, sobre todo cuando los niños y jóvenes se ven influenciados cada vez por más agentes sociales como puede ser la cantidad de información que reciben y el fácil acceso a ella de la que no siempre pueden o saben ser críticos.

Trabajar por la igualdad y en la prevención de la violencia de género debe ser nuestro objetivo como profesores y debemos trabajar juntos con las familias, las instituciones, no hablamos de enseñar, hablamos de educar, transmitir valores, aprender a aprender, y aprender juntos, desde la empatía y el respeto, considerando el respeto a las diferencias entre mujeres y hombres, el respeto a la diversidad del alumnado, diferencias sociales, étnicas, físicas y psíquicas, mirando la educación desde la perspectiva de género. Todas las diferencias son enriquecedoras, serán los mejores valores que podemos transmitir a nuestras alumnas y alumnos. 

La violencia de género no podrá erradicarse si nos olvidamos de trabajar en ello desde la infancia, debe ser una continuidad en todas las etapas educativas, con un gran refuerzo en la adolescencia. Educar en la igualdad desde la transversalidad y con actividades y materias específicas que diferencien el sexo, la masculinidad y la feminidad de la construcción social de género.

Amamos la educación y ponemos día a día nuestro grano de arena hacia la coeducación, la educación en igualdad, la prevención de la violencia de género, lo podemos hacer desde todas las materias que impartimos, educando desde la perspectiva de género, visibilizando tanto a hombres como a mujeres. Reforzando y creando seguridad en nuestro alumnado, ayudándoles a tener una conciencia crítica.

 Reciben diariamente  mucha información, de modelos de sociedad, modelos de vida, de profesiones feminizadas o masculinizadas, por ello trabajaremos reforzando su seguridad para que les ayude a discernir lo positivo y lo negativo de tanta información que les llega cada vez por medios más rápidos, accesibles y diversos.

Poco a poco aprenden que independientemente del sexo podemos hacer unas cosas u otras porque tenemos diferentes habilidades e inteligencias   como personas, no por nuestro sexo. Por ello es necesario una corresponsabilidad tanto en la casa como en la escuela, en los institutos, en grupos de trabajo, en la universidad y más tarde en la vida laboral. Educando en igualdad sacaremos lo mejor de nosotros, alumnas y alumnos lograrán ser más positivos, críticos y con grandes valores de empatía y respeto a las diferencias. Educando en igualdad conseguirán mirar en su interior, encontrarán aspectos tanto positivos como negativos, observarán cómo son las relaciones en su grupo de amigos y les será más fácil respetar ciertas actitudes y alejarse de otras. Mirarán a su familia facilitando el diálogo y la escucha activa y serán capaces de ver en el seno familiar los roles que desempeñan ayudando de esta forma a construir una convivencia más igualitaria desde la perspectiva de género. Educando en igualdad sus relaciones de pareja se asentarán sobre bases sólidas, de respeto, diálogo y crítica constructiva y estaremos luchando contra la violencia de género.

No está sólo en nuestras manos erradicar la violencia de género, instituciones, familias, debemos trabajar juntos, pero como docentes no vamos a dejar de intentarlo, nuestra herramienta, la educación. Valores como el respeto y la igualdad sustentan una sociedad más justa. (Celia Villarón Hernández. Lic.en Historia. M. Estudios Interdisciplinares de Género. STE Salamanca).

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