DÍA DE “LA” DOCENTE

STE PALENCIA

STE PALENCIA

El Pasado 5 de Octubre, “celebramos” el día de “la”  Docente, siendo más honestas con el artículo, ya que son el 96,7% en educación infantil hasta el 41,3% en las universidades las mujeres que ocupan estos cargos. Y sin embargo, recordamos que la mayoría de cargos de dirección, inspección (…) están ocupados por hombres. ¿Cómo es posible que en un Centro donde la mayoría de trabajadores sean mujeres, estos puestos de responsabilidad y dirección los ocupen hombres? y lo terrible es que no sólo sucede en educación, en otras áreas como la sanitaria, sucede muy parecido, donde un 84,5% son mujeres y los cargos directivos o de mayor responsabilidad siguen recayendo sobre los hombres.

¿Es que las mujeres no estamos capacitadas, no somos racionales, objetivas o carecemos de dotes de mando?

Las políticas sociales y económicas que tenemos, hacen que la mujer considere desempeñar este cargo como un tercer empleo: casa, trabajo y dirección; por lo que normalmente lo desarrollan aquellas que no tienen hijos o éstos son mayores, limitando enormemente sus capacidades de desarrollo profesional.

Y cuando estas mujeres sortean el embrollo para conseguir realizar esta actividad, lo realizan por un corto período de tiempo, (mientras la situación personal se lo permita)  en contraposición de los hombres que son los que realizan estas actividades directivas por un más largo período de tiempo.

Si bien el papel de las mujeres es importante, veámoslo a nivel mundial: la reciente pandemia de COVID-19 y el cierre de escuelas resultante afectaron directamente a 1.500 millones de estudiantes de todos los niveles y a 63 millones de docentes de la educación primaria y secundaria.

Y más allá de esta crisis, las docentes y los docentes del mundo han demostrado su liderazgo, fundamental  en otras crisis como en los conflictos civiles, migraciones, el cambio climático y otras situaciones de emergencia, donde su práctica diaria, presencia y motivación repercute directamente sobre el alumnado. 

La pregunta resulta más que evidente: si nuestra labor está más que justificada y nuestro trabajo está reconocido a nivel mundial por cualquier estado: ¿por qué nuestros derechos se recortan cada vez más, nuestra experiencia se reconoce cada vez menos, nuestra profesión devaluada y la inversión en educación es tan mínima que hace resulte muy complicado llegar a todo nuestro alumnado? La respuesta es el negocio de la enseñanza.

Desde 1985 se viene impulsando a la escuela concertada y adquiere un marco legal, desde entonces, han pasado gobiernos de todos los signos políticos y nadie ha hecho que esto cambie. Los recursos destinados a conciertos han crecido el doble que los destinados a los colegios públicos, la financiación de la educación concertada ha crecido el 24,4% en 10 años mientras que la pública ha aumentado el 2,3%, según datos del Ministerio de Educación. 

La igualdad se ha convertido en una necesidad en estos momentos convulsos y las aulas el lugar donde conseguir que esto sea posible; aulas públicas, libres de segregación, interés religioso o motivaciones económicas; es por ello que pedimos un mayor respaldo económico a las autoridades, para evitar este abandono al que parecemos estar inmersas.

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