Charlando con J. Antonio Angulo Sainz

STE BURGOS

Nuestro afiliado más fiel. Jubilado y al pie del cañón desde los años 70, demuestra que en nuestra labor como docentes y como sindicato no debemos ceder al desaliento. Si en algo insiste es en una palabra: resiliencia.

En nuestro afán por aplicarnos los consejos de quienes tan férrea tienen su conciencia como maestros y como sindicalistas aprovechamos la ocasión para charlar con Juan Antonio. De veras que es mucho y bueno todo lo que se puede aprender de su experiencia y de su fidelidad al STECyL.

En unos momentos sin demasiado clamor por la lucha social y laboral y con dificultades para que las nuevas generaciones sientan la necesidad de participar como afiliados a un sindicato, nos interesa especialmente su motivación personal a la hora de afiliarse y su visión crítica de la educación actual.

Comienza indicando que “las circunstancias determinan de alguna manera la actitud de las personas.”. En su caso nos confiesa que estuvo a punto de afiliarse a Comisiones Obreras. Los años previos e inmediatamente posteriores a la muerte de Franco fueron ilusionantes. El ansia por participar tras tanto tiempo sin poder hacerlo, y las ganas de cambiar la situación provocaron que lo intentara dentro cuantas oportunidades encontró: desde las asociaciones de vecinos en Madrid hasta las asambleas de Comisiones Obreras o del Partido Comunista que eran quienes más se movían entonces. Con cierto brillo en los ojos recuerda que “había asambleas cada dos por tres y que íbamos a los colegios a levantar y movilizar a los maestros. No es que estuviéramos todos de acuerdo en lo mismo, pero si en participar. Era un movimiento un poco mixto: político y sindical.”

En aquellas multitudinarias asambleas convocadas por Juan Díaz Zamorano, responsable de Comisiones Obreras en el ámbito educativo nos cuenta con cierto orgullo que coincidió con Manuela Carmena.

Ahora las circunstancias son otras: la afiliación y la sociedad en general lo tiene todo en contra. “Nos hemos autoconvencido de que quienes tienen que solucionar los problemas son los demás que para eso les pagan y el resto no tenemos que preocuparnos de nada, si acaso protestar cuando llega el momento y punto”. La rutina democrática parece haber relajado la pelea sindical y sin un cierto grado de riesgo no se aprecia que la situación varíe. Tal vez la reivindicación de las 35 horas sea una posibilidad de enganche para la movilización sindical y la iniciativa hacia la afiliación. 

Aprovecha para señalarnos que, ante una situación internacional dominada por el neoliberalismo, los sindicatos se muestran débiles, siendo una necesidad acuciante que recuperen su fuerza.

Entonces rememora sus inicios en nuestro sindicato. Recuerda con cariño y admiración a Isaac Aragón y Luis Eroles, “referentes sin duda del sindicalismo en educación en la provincia de Burgos” y alude con clara sonrisa que trató por todos los medios de convencer a sus compañeros en Burgos para afiliarse en CCOO y que, viéndose superado por una realidad en la que todos los maestros progresistas estaban en la UCSTE, no tuvo más remedio que afiliarse con ellos. “Los profesores simpatizantes o afiliados al Partido Comunista eran reacios a afiliarse en CCOO porque Carrillo había deshecho las corporaciones y, quejosos, preferían afiliarse en un sindicato de enseñanza. Hice varios intentos de que se afiliaran a CCOO porque me parecía más fuerte, pero la negativa fue total”.

Siempre tenemos a gala nuestra presencia en los centros y así Juan Antonio nos explica que en “esos inicios para dar a conocer nuestro sindicato iban después de las clases a los colegios donde no había afiliados y allí trataban de explicar qué era un sindicato y conseguir algún afiliado.”

En aquellos tiempos “formaba parte del movimiento cooperativo de la escuela popular, Pedagogía Freinet, intentando asemejarnos un poco, sin llegar a ser fundamentalistas.” Ese interés por la innovación le lleva a plantearnos uno de los retos que, según su opinión, queda en la enseñanza actual: la necesidad de crear redes de colaboración entre profesores y centros educativos. La oportunidad de conocer lo que hacen los demás y de mostrar generosidad que cuesta mucho conseguir. 

“Los que estamos convencidos de la labor sindical debemos tener una suerte de resiliencia para no abandonar porque, en ocasiones, puede resultar decepcionante.” Ese mismo ímpetu lo demuestra al hablar de la innovación en las escuelas y su participación durante un año en la experiencia desarrollada en Quincoces de Yuso. Motivador, pero reflejo de lo difícil que puede ser conciliar la ilusión y el pragmatismo. 

Una de las razones por las que nos asegura que sigue como afiliado a pesar de estar jubilado es la defensa de la Escuela Pública, así como que desde sus inicios pusiera sobre la mesa la lucha por la igualdad mucho antes que otras organizaciones sindicales.

La charla resulta entretenida y gratificante. No es habitual poder hablar de educación con sosiego y nos da gusto. Se pasa la hora y seguimos con Juan Antonio que acepta al fin tomarse un café de la máquina en nuestra sede.

Le preguntamos finalmente por un consejo para los liberados y nos insiste en que debemos ser resilientes para no cesar en el intento. Nos habla de su tesis doctoral, de su curiosidad por el Informe Pisa y de sus impresiones sobre la realidad que muestra, de la necesidad de formación continua del profesorado, de la posibilidad de tiempo sabático remunerado para formarse. Quiere refrendar con su tesis que tras la ilusión inicial aparece el declive, pero que al cabo de un tiempo de reflexión se recuperan las ganas. 

Finalmente nos propone la posibilidad de ampliar los medios que permitan participar a los afiliados y al profesorado en general. Tomamos nota. Agradecemos su generosidad, le animamos a seguir participando de la ilusión por el sindicato y aceptamos resiliencia en lugar de resistencia. ¡Qué majo, Juan Antonio! 

Se ha tomado un café, pero optamos por obsequiarle con una botella de vino. Que la disfrutes a nuestra salud. Un abrazo, compañero. Y un viva por la Escuela pública. Sí, señor.

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