Acoso contra la escuela pública

STE ZAMORA

Lo han vuelto a hacer. Tengo que confesar que es inasumible para un sindicato de clase  que, una vez más, se haya dado el respaldo a la enseñanza concertada. Esto conlleva una segregación del alumnado por cuestiones ideológicas, además de las sociales.

Es, sobradamente conocida, la importancia que tiene la educación para la cohesión social, asegurando su acceso en términos de igualdad efectiva. Uno de los objetivos esenciales de la enseñanza pública es la apuesta por evitar la brecha educativa, garantizando una educación integral e inclusiva. 

Sabemos hasta la fecha que estos objetivos, aparentemente evidentes, han quedado muy lejanos en sus logros. La pandemia puso en evidencia la brecha social y económica de muchas de las familias, a pesar de los intentos de nuestros profesionales para salvar escollos. Nunca podremos hablar de educación inclusiva cuando desde el Ministerio de educación se siguen aumentando los conciertos con la educación privada. 

En el trasfondo queda ese Concordato que intenta aferrarse a la confesionalidad de nuestra sociedad. Para ellos cuenta con una red privada concertada que es mayoritariamente católica y con una asignatura como materia optativa dentro del horario lectivo que imparten los mal llamados profesores de religión ( delegados de la diócesis, designados por los obispos, cuya misión es llevar la palabra de Dios a los centros educativos,  eso sí con el dinero que aporta el Estado y que pagamos todos los contribuyentes, restándolo a unos recursos ya menguados hace tiempo) Estos mal llamados profesores de religión han visto consolidada su relación laboral por encima del profesorado interino, considerándolos como un servicio público. ¿Dónde queda nuestra constitución y nuestros derechos?

La pandemia no ha venido sino a agudizar la cuestión,  en los colegios públicos, los llamados grupos burbuja se han quedado sin profesores de educación física y música para evitar contactos externos pero el mal llamado profesor de religión se ha considerado indispensable, en una educación pública y laica.

Conocemos las carencias y dificultades de la enseñanza pública, en muchas zonas rurales de Castilla y León, donde se sufre la competencia directa de la privada concertada, con lo que se debilita aún más el mantenimiento de una educación pública (acoso a la enseñanza pública). Incluso se pretende que esos mal llamados profesores de religión impartan una asignatura que se denominaría VALORES, ¿De qué valores estamos hablando? Mientras quedan suprimidas y reducidas al mínimo las enseñanzas de ÉTICA Y FILOSOFÍA, que nos ayudan a pensar de forma independiente, dándonos unos criterios válidos a toda la ciudadanía.

Nuestros alumnos necesitan valores en igualdad, respeto, equidad, libertad, etc… pero ¿son necesarios esos valores vistos a través de un prisma religioso?

Todo ello nos conduce a una situación clara: LA RELIGIÓN NO SE TOCA, un nuevo fiasco para nuestra enseñanza pública que sigue sin ser laica e independiente. (Rosalina Miguel Sánchez).

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